La Franja de Gaza enfrenta un colapso
humanitario sin precedentes, con cerca de 9 millones de
desplazados, el 95% de las escuelas dañadas y solo 17
de 36 hospitales en funcionamiento, según describió este
jueves en La Linterna de COPE Pascale Coissard,
coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras
(MSF) en Jan Yunis.
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En una entrevista con Ángel Expósito,
Coissard alertó de que la reciente autorización para ingresar 100
camiones diarios de ayuda durante cuatro días es
insuficiente: “No va a cambiar nada. Es una gota en el
océano de necesidades. Solo es una cortina de humo para continuar la
operación militar“.
Emergencia extrema: hambre, medicamentos y bombardeos
Coissard relató que en las últimas 24
horas el número de desplazados se ha triplicado tras
las órdenes de evacuación en Jan Yunis y Deir al-Balah, que afectan
a 140.000 personas. “La gente huye por miedo a los
bombardeos, pero no hay lugares seguros”, afirmó. Entre las
prioridades, destacó la falta de comida: “Los padres se
privan para alimentar a sus hijos. La inseguridad de no saber si
comerán mañana los destroza”.
Los hospitales, incluso los de campaña,
están al límite: “Faltan gasas, guantes y medicamentos
básicos. Ya rechazamos nuevos pacientes porque no tenemos recursos”,
explicó. Quienes padecen enfermedades crónicas dependen
de que llegue ayuda externa, pero “desde hace más de dos
meses y medio no entra ni un grano de arroz”, subrayó.

La familia Maarouf, sobre las ruinas del campamento de refugiados de Jabaliya, en la Franja de Gaza
Los niños, las víctimas más vulnerables
La situación de los menores es
especialmente crítica: un 32% más de casos de malnutrición en
las últimas semanas, brotes de enfermedades cutáneas por
el calor y traumas psicológicos generalizados. “Un
niño que lleva año y medio escuchando bombardeos y viendo morir a
su familia necesita paz y atención mental urgente”, señaló
Coissard.
Un llamamiento desesperado
La coordinadora de MSF, con amplia
experiencia en crisis humanitarias, admitió que “nunca
había visto algo así”. Criticó la respuesta
internacional: “100 camiones son insignificantes. Gaza
necesita entradas masivas y continuas”. Su testimonio en COPE
refleja el horror diario bajo un bloqueo que, según Naciones Unidas,
ha llevado a Gaza al borde de la hambruna.